Argentina en la Bienal de Gwangju: Una Reflexión Artística Sobre el Extractivismo y el Futuro del Planeta
Por primera vez, Argentina estará presente en la 15° edición de la Bienal de Gwangju, uno de los eventos más prestigiosos del arte contemporáneo mundial. La obra de Florencia Levy, bajo la curaduría de Sofía Dourron, abordará el impacto del extractivismo y la crisis ambiental global.
Marcelo RozemblumLa 15° edición de la Bienal de Gwangju, reconocida como uno de los encuentros más relevantes del arte contemporáneo mundial, se celebrará del 7 de septiembre al 1 de diciembre de 2024 en la ciudad de Gwangju, al sur de Seúl. Por primera vez, Argentina ha sido invitada a participar en el innovador proyecto "Pavilion", una serie de pabellones internacionales curados bajo la dirección artística del reconocido francés Nicolas Bourriaud.
En esta edición, el Pabellón Argentino se presentará con una propuesta disruptiva que invita a reflexionar sobre el extractivismo y el deterioro ambiental. La obra central, “En el orden de las piedras”, es creación de la artista Florencia Levy y ha sido curada por Sofía Dourron, quien también es responsable de la selección argentina en la Bienal de Venecia. Levy trae al escenario global una mirada inquietante sobre las consecuencias del modelo extractivista, combinando la ficción especulativa, la investigación científica y el activismo.
Florencia Levy presentará dos obras recientes en el May 18 Memorial Culture Center: la instalación “Cientos de millones de años para estas formas”, encargada inicialmente por el espacio de arte Arthaus, y la serie de esculturas “The dark oceans were the womb of life...”. Ambas obras exploran temas relacionados con la explotación de recursos, el impacto ambiental y la urgente necesidad de repensar nuestras prácticas. A través de un paisaje distópico, Levy denuncia la indiferencia humana frente al desastre ambiental, en especial el que rodea la extracción de “tierras raras”, minerales esenciales para la tecnología moderna.
Levy detalla que su inspiración provino de su viaje al complejo minero de Baotou en Mongolia Interior, uno de los lugares más contaminados del planeta, donde se extrae el 85% de las tierras raras utilizadas en la fabricación de teléfonos móviles. Su investigación la llevó a descubrir los nódulos polimetálicos en el fondo del océano, formaciones ricas en metales como manganeso, níquel y cobre, considerados por muchos como el futuro de la energía, aunque su extracción podría desatar un desastre ecológico de magnitud incalculable.
La instalación “Cientos de millones de años para estas formas” presenta un coro de entidades posthumanas creado mediante CGI y captura de movimiento, que dan voz a un grupo diverso de expertos y activistas. Esta obra, con reminiscencias de las tragedias griegas, es una alegoría del colapso inminente del sistema capitalista y una invitación a imaginar alternativas posibles.
¿Cómo cambiará nuestra relación con el planeta cuando los costos de nuestras acciones ya no puedan ser ignorados?