En el caluroso verano de 1982, un comité presidido por Ángel Kalenberg reunió a un ecléctico grupo de nueve escultores de distintas partes de América Latina. La misión era clara: participar en el primer Encuentro Internacional de Escultura al aire libre en Punta del Este, una iniciativa de la Intendencia Municipal de Maldonado. Este punto de encuentro artístico cobró vida en los talleres de escultura ubicados en la Playa Brava, específicamente en la Parada 1, dejando como legado el icónico conjunto escultórico conocido como el "Paseo de las Américas".

Los talentosos participantes de esta experiencia única abarcaban una amplia gama de nacionalidades: Gyula Kosice, Enio Iommi y Jacques Bedel de Argentina; Hermann Guggiari de Paraguay; Edgar Negret de Colombia; Waltercio Caldas de Brasil; Mario Irarrázabal de Chile; y Nelson Ramos y Francisco Matto, representando a Uruguay. Desafortunadamente, de las obras originales, solo ocho perduran, ya que la creación de Nelson Ramos ha desaparecido con el tiempo. En cuanto a los artistas originales, solo sobreviven Irarrázabal, Caldas y Bedel, como testigos vivos de este memorable encuentro.

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